“¡Ah, mundo hediondo!” decía el finado conductor Rómulo Lozano. Lo que está viviendo Nuevo León en estos días quisiéramos encontrarle el lado bueno pero es todo lo contrario, no hay empatía con la ciudadanía, esa a la que le ruegan cada tres años pero la olvidan al día siguiente.
En medio de la crisis de seguridad, de agua, del transporte, de los asesinatos y homicidios, de los feminicidios y las desaparecidas, vetos por despecho y expedientes legislativos aplazados y un exgobernador en la cárcel que sostiene persecución política, los diputados, los alcaldes y el gobernador se han enfrascado en un grilla de nuevo barata rumbo a las elecciones del ‘24. Piden altura y trabajo y no lo vemos ¿o no?
Cuando deberíamos ver a un Samuel dando soluciones vemos un Gobierno abonando a los problemas, sí que también hay crisis política.
Al pie del Metro, descuidado, derrumbándose poniendo en peligro a los usuarios, los diputados se acusaron mutuamente, unos en la estación Alameda otros en la Cuauhtémoc; señalamientos claros, reales y con verdades, con ese fundamento que solo quienes han estado involucrados en los enjuagues políticos económicos de obras lo saben y saben cómo se hace, sí, los fuertes voceros acusadores por ambos lados han estado en esa cancha de repartición de recursos, como el mismo Samuel que ha sido exhibido una y otra vez con sus contradicciones y es que las redes sociales no perdonan y han mostrado sus críticas hacia el gobierno cuando fue legislador; hoy su postura es distinta.
Esa es la situación “el pez por su propia boca muere”, “les salió el tiro por la culata” son frases al centavo. Mientras ellos van en serio con la disputa por la robadera de alcaldes y diputados, los ciudadanos no han tenido otra opción más que pagar el aumento al predial, el aumento a la tarifa del agua y ahora al transporte metro, aguantar la falta de agua no por tres o cuatro días como dice Ignacio Barragán sino hasta por 15 días y todo esto en tan solo apenas ocho meses, calvario y suplicio dicen.
Nuevo León no busca un Superman. “Se les acabó el negocio” les dijo Samuel a los diputados y me acordé aquel gobernador, el Bronco, que les dijo también a los legisladores del 2015 “se les acabó la fiesta a los bandidos”, que por cierto en ese tiempo como hoy, estaban Alhinna Vargas, Héctor García, Itzel Catillo, Luis Susarrey, Mirna Grimaldo y Samuel, que ahora creo que le impactó tanto la frase que hoy la reacomodó y la hizo suya.
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