Es el último día de vacaciones infantiles. Urge su regreso a las escuelas. Ya les alistamos sus útiles. Les preparamos la mentalidad con el último tirón de un periodo ya descendente.
Quienes pudieron viajar lucirán un color de bronceado de película. La mayoría, aun temerosa, prefirió el nicho familiar. Esperar algunos meses para conocer la situación mundial de la pandemia.
No hemos relajado los cuidados. La alimentación sana. El ejercicio cotidiano y frecuente. La cultura de leer libros científicos y de avanzada. La importancia de acercarnos a lo metafísico.
Leer el buen libro durante las noches. Comentar lo aprendido durante la jornada de la Semana Mayor. La tradición cristiana de nuestro salvador crucificado. La absolución de los pecados y de la resurrección.
Volveremos el lunes a las aulas renovados y contentos. Con la esperanza de contribuir a la sociedad con el conocimiento. Sin faltar a la verdad. Hombres y mujeres de bien, en toda la extensión de la palabra.
Sin adjetivos altisonantes o verbos de dudoso proceder. Ese será el ejemplo para nuestros hijos.
Aunque muchos, cientos o miles, se divirtieron en el playazo en Tampico. Bebieron en Mazatlán, Acapulco, Can Cún, San Carlos, Los Cabos, Real de 14, Xilitla, Zipolite o cualquier zona del territorio nacional.
La gran mayoría amanece con la resaca financiera y moral. De esperar 14 días, sin contacto con los mayores, de un nuevo brote de Covid 19.