Una nota periodística de Milenio, el periódico de la familia González, publicada el pasado miércoles, tuvo un efecto soterrado pero no por eso menos inquietante que hizo temblar hasta los cimientos (si es que los hay) de la administración estatal de Nuevo León ¿que encabeza? el joven gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda.
Solo unos pocos analistas nacionales le hallaron la cuerda al ovillo de la publicación intitulada “Al descubierto, transa superior a mil mdp en gobierno de Silvano Aureoles”.
Pero no había que usar ninguna suerte de lupa, porque, como digo, la nota señala que “a través de licitaciones presumiblemente simuladas, el gobierno de Michoacán otorgó mil millones a aliados políticos de Silvano Aureoles, quienes construyeron Ciudad Salud, la obra emblemática del ex mandatario estatal…”
¿Y por qué, como diría el “Masiosare” retemblaron en su centro las tierras hasta acá hasta Nuevo León, si el escándalo se dio en territorio purépecha?
Ah, muy simple: se dice que Samuel Alejandro García Sepúlveda, el joven gobernador de Nuevo León, tuvo mucho$ fuerte$ apoyo$ de parte de la administración de Silvano Aureoles Conejo, a la sazón, gobernador de Michoacán, durante la campaña de García y con la cual ganó la primer magistratura de este norteño estado…
Y como favor con favor se paga, García Sepúlveda dejó que gente de Aureoles se acomodara en el gobierno de Nuevo León, para recuperar la inversión.
Ahí tiene el caso usted de la jefa de prensa, Julieta López Bautista, quien ya demostró su incompetencia, pero ha sido tolerada por el director de comunicación social Glen (Villarreal) Zambrano. (Pongo Villarreal entre paréntesis porque a Glen no le gusta su apelativo y se lo quita).
Pero volviendo al tema es que el gobernador García Sepúlveda, fiel a sus decisiones a lo Mattel, decidió de un plumazo la contratación de López Bautista, y tampoco midió que parte de esa transa por la desaparición de mil millones que denuncia Milenio, también salpica a Julieta, de acuerdo a notas periodísticas de aquel estado de Michoacán.
Y así es la administración Samuelina: como los burros de Rayones, Nuevo León, en lugar de agarrar brecha les gustan las incomodidades… Y solamente se juntan para rascarse.