Parece mucho tiempo ya, pero, para nosotros casi fue ayer, corrían los años de la década de los ochenta del siglo 20, exactamente a la mitad, cuando se despertó la conciencia sobre la necesidad de dejar de fumar.
Se había caído en el abuso, ibas a un bar o centro nocturno, de esos que ahora les llaman antros, fuera de medio pelo o lujoso y salías verdaderamente fumigado, olía a tabaco tu ropa, pelo cuerpo, todo un hedor típico; algunos cantantes de esos lugares presumían su presencia con el cigarro en la mano, cuántos de ellos terminaron con la garganta destrozada, dando lástima al final de su carrera artística.
Damas y varones parecían jugar competencias para ver quien fumaba más y, sobre todo, no cuidaban las formas y expelían el humo con fuerza frente a tu cara, aquello llegó a extremos insoportables.
Se iniciaron campañas contra el tabaquismo y en una vieja libreta anoté esto: “El tabaquismo, además de producir efectos devastadores en la salud como son cáncer de pulmón, arteriosclerosis y bronquitis crónica, produce mal aliento, manchas en los dientes y dedos de las manos. En los deportistas el rendimiento físico baja un 10 por ciento debido tanto al efecto del monóxido de carbono”.
Los efectos crónicos en personas que fuman más de 20 cigarrillos diarios tienen tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que el no fumador. El 6 de abril de 1988 se prohibió fumar en Nueva York, en sitios públicos cerrados, grandes tiendas y taxis; cien mil oficinas privadas, tiendas, industrias y almacenes tuvieron que apresurarse a crear «fumódromos», donde mínimo a ocho pies del trabajador más próximo, los fumadores, podían “echarse” el clásico cigarro o a darle una calada a la pipa.
Se declaró la guerra al tabaquismo y se instituyó el 31 de Mayo como el Día de no Fumar; aquí en Nuevo León se dio paso muy importante en la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuando el Consejo Universitario, en sesión de 5 de diciembre de 1990, se aprobó que no se fumara en los espacios cerrados como aulas, auditorios cafeterías, eliminando de tajo esta inveterada costumbre estudiantil y magisterial. El rector Ing. Gregorio Farías Longoria y el Secretario General Ing. Lorenzo Vela Peña encabezaron esta vigorosa campaña.