Con un alcalde de rancho que para quedar bien le puso el nombre del gobernador de turno, Jorge Treviño, a una avenida y a la vía paralela el nombre de la primera dama, o sea la esposa de Treviño, a ser propiedad del “Grupo San Nicolás”, una mafia de panistas de poca monta que controlan el municipio de ese mismo nombre, San Nicolás de los Garza, Nuevo León y con eso se financian.
Pero lo más malo no es que sea coto del grupo de Fernando Larrazabal, en su tiempo y de Zeferino Salgado Almaguer, ahora, sino que estos dejen en el cargo de la alcaldía a un facho de petatiux, como lo es Víctor Fuentes, quien desde que llegó al cargo, violando derechos humanos con aquellos panorámicos en los que exhibía a ciudadanos que violaban el reglamento de buen gobierno, quería hacer escarmiento.
Fuentes es mala hechura de Mauricio Fernández, de quien debería de seguir siendo empleado, porque se ve que a lo mejor y podría manejar la gerencia de una ferretería de barrio, pero ser diputado local, como lo fue, y federal, donde se la pasó dormido… Menos ser buen jefe de comuna de las 430 mil almas en la otrora potencia industrial de México.
La última ilusión calenturienta de Fuentes se la aventó con las declaraciones a Milenio: “…dijo que constitucionalmente al Estado mexicano y en este caso, el municipio, está habilitado para ejercer la fuerza pública como en cualquier país, y ejemplificó los protocolos con los que cuenta Texas”. Pobrecito, siempre con el wannabe texano.
Y fue más allá en la misma nota del periodista Eduardo Mendieta: “Tenemos que saber lidiar con esta circunstancia, (la de los derechos humanos) la fuerza pública, el Estado mexicano constitucionalmente en un ejercicio de propias facultades constitucionales los habilitan y los dotan de armas y esas armas no son para jugar, estas armas son para utilizarse, la fuerza pública es para usarse aquí y en cualquier lugar del mundo…
“Se capacitarán estos ‘snipers’ en el campo de tiro que vamos a empezarlo a rediseñar y reestructurar en la Unidad Deportiva Oriente, es el único municipio con un campo de tiro donde vamos a perfeccionar la capacidad de fuego y de tiro, la puntería en nuestros elementos para que puedan realizar con toda precisión un tiro… vamos a tener de 40 a 50 francotiradores en San Nicolás…”
A ver, Víctor, vámonos por partes: pensando sin conceder que consigas los 40 o 50 hombres y mujeres que se presten a tu charada, ¿De dónde vas a sacar los portes de armas para semejantes fusiles? ¿Sabes de los rigores en material, en sicología y otras pequeñeces, como el tiempo, que significa el entrenamiento de un francotirador? Si no tienes asesores de nivel, pues ve al cine o renta las películas al respecto.
Y la peor, Víctor, presumes de tener 2000 mil policías a tu servicio, cuando la verdad, entre deserciones y falta de equipo, no te quedan ni 500 en las calles. Ya no engañes a los nicolaítas ni te engañes tu solo.
Porque de los 500 solamente 140 andan en las calles en dos turnos, y de estos la mitad no cargan armas, porque o tienes equipo mojoso y obsoleto, o simplemente… no has logrado que las autoridades federales te den los portes.
La mayor parte de tus polis se la pasan de guaruras de funcionarios, bañando perros o llevando niños a las escuelas y los otros en puntos fijos como castigo, en patrullas descompuestas.
Del equipo, como ya dije, casi todo está caduco: los chalecos antibalas y los cascos que se deben de cambiar a los dos años, ya tienen tres o cuatro, y de sueldos y prestaciones…
Los elementos que han desertado lo han hecho porque aquellos 14 o 15 mil pesos que les prometieron al mes, no llegaron ni a 9 mil.
Trabajan, tus policías, con seguros de vida patito (y de eso vamos a hablar en otra entrega) y sin servicios médicos de calidad ni para ellos ni para sus familias…
¿Todavía quieres meter a trabajar a 50 “snipers”, como los llamas tú en tu “inglés piporro”? ¿Con qué carabinas mojosas?
¿Vas a mandar a estos francotiradores a acallar a los vecinos ruidosos, como ha sido tu campaña?
