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El plan de independencia de Escocia

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Si Escocia logra la independencia del Reino Unido conservará la libra como moneda y a Isabel II como reina, según el «libro blanco» sobre la secesión presentado el martes por el gobierno regional.

El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, presentó el documento en un acto en Glasgow, con la esperanza de cambiar los sondeos desfavorables, a diez meses de la consulta independentista.

«El futuro de Escocia está ahora en manos de Escocia», dijo Salmond en el acto en el que presentó el libro, que responde a 650 cuestiones concretas sobre una eventual secesión y asegura que la separación traería más prosperidad e igualdad económica para esa provincia británica de 5,2 millones de habitantes.

«El futuro de Escocia – su guía para una Escocia independiente» detalla por primera vez los planes de Edimburgo en moneda, fiscalidad, educación y políticas de bienestar en caso de que el «sí» triunfe en el referéndum de independencia del 18 de septiembre de 2014.

La guía dice que Escocia se quedaría con el 90% de las reservas de petróleo del mar del Norte -24.000 millones de barriles- y que no permitiría armas nucleares en la base militar de Faslane, que alberga el submarino nuclear británico.

Asimismo seguiría usando la libra como divisa, reconocería a la reina Isabel II como monarca en su Constitución nueva y renunciaría a la BBC como medio público nacional.

Finalmente, se mantendría en la OTAN y en la Unión Europea (UE).

Salmond, del Partido Nacional Escocés (SNP), expresó su seguridad en que se cumplirán sus planes, aunque sus interlocutores si gana el referéndum, Londres y Bruselas, no se han comprometido a facilitarlos.

Los votantes juzgarán el contenido del libro «en contraste con la campaña del ‘no’ y sus augurios de pesadumbre y negatividad», dijo el ministro principal escocés.

El gobierno central del primer ministro conservador David Cameron sostiene que cada escocés perdería con la independencia unas mil libras al año (1.600 dólares, 1.200 euros), en concepto de aumento de impuestos para sufragar el nacimiento del nuevo país.

«Respetar el resultado del referéndum es algo totalmente diferente a aceptar todo lo que Alex Salmond diga en una conferencia de prensa», respondió un portavoz del gobierno de Cameron.

El «no» manda en las encuestas pese a la alta popularidad de Salmond y el SNP.

En el último sondeo, aparecido el domingo en el Sunday Times, un 47% de los escoceses se opone a la independencia, un 38% la apoya y un 15% no sabe aún cuál será su opción.

Se trata de unas cifras ligeramente más esperanzadoras para los nacionalistas escoceses, cuya propuesta separatista no entusiasmó tradicionalmente más que a un 20% del electorado.

Los indecisos podrían alterar el equilibrio y el gobierno conservador-liberal de Cameron relevó a principios de octubre al secretario para Escocia, Michael Moore, y lo sustituyó por Alistair Carmichael, considerado más combativo.

Los grandes partidos británicos -conservadores, liberales y laboristas- defienden la permanencia de Escocia en el Reino Unido.

Escocia disfruta de mayor autonomía desde que así lo quiso en un referendum de 1997. Su parlamento tiene competencias en educación, sanidad, medio ambiente y justicia.

Fuente: La Tercera

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