Por: Cuauhtémoc GUERRA
La última de las libertades que el hombre posee es la de elegir cómo reaccionar ante diversas circunstancias. De ahí la importancia de la obra “El hombre en busca de sentido”, de Viktor L. Frankl, el padre de la logoterapia quien nos aporta una valiosa reflexión en una narración nítida y elocuente de lo que vivió en campos de concentración durante la segunda guerra mundial.
Pasajes cargados de emotividad llevan al lector por una senda amena cuyo hilo conductor va desenrollando las vicisitudes propias de una experiencia extrema. Seguidor de Freud en la Universidad, Frankl decide explorar otra ruta luego de sobrevivir a los campos de exterminio de Hitler.
Preso durante más de tres anos, le tocó ver de cerca el rostro de la muerte y en varias ocasiones se vio en el umbral del final de su vida. Su esposa y padres perecieron y poco a poco comenzó a escribir en pequeños trozos de papel lo que observaba.
Aquellos presos de constitución física atlética fallecían más pronto que aquellos escuálidos que profesaban una creencia religiosa, es decir, que poseían una fe en un ente superior. También observó como musitaban una oración unos judíos que entraban a las cámaras de gas. Por ello decía el autor que el hombre es capaz de crear máquinas de exterminio masivo pero al mismo tiempo es posible susurrar una plegaria en paz cuando caminas al patíbulo.
Esta libertad de elegir es la que, en última instancia, es el tesoro del que nada ni nadie te puede despojar. Percatarnos del poder de la libertad de elegir, nos dice Frankl, es, en muchas ocasiones, respirar el dominio de uno mismo, volar con la imaginación y desprenderte de prejuicios que impiden ser feliz.
Recuerda en otro capítulo cuando caminaba entre la nieve y obtenía fuerzas para salir adelante sólo con pensar en su esposa. Imaginar es proyectar y nosotros, dice el autor, gozamos de la libertad de elegirla película que queremos ver.
Encontrar un por qué vivir y la vida le brindará el cómo. Tal vez a esto se reduzcan las bases de la logoterapia que este psiquiatra y neurólogo austriaco descubrió en su tránsito por los campos de Auschwitz y Dachau.
Regalase la oportunidad de reconocer a través de las líneas de este escritor aquella libertad inherente al ser humano, la cual quizá viva escondida a la espera de un leve susurro para salir al encuentro de sí misma.
Después de 1945 ofreció conferencias en universidades de Europa y Estados Unidos y en la mayoría obtuvo “Honoris Causa”. Finalmente vino a vivir a México y falleció en Cuernavaca, Morelos el 2 de septiembre de 1997. Sus libros han sido traducidos a decenas de idiomas.
Para cualquier sugerencia o comentario, favor de escribir a [email protected]
