Sesiona Grupo de Coordinación para la Seguridad de Nuevo León
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Duró seis meses operando, mató a siete y lo pescaron
Por: Hugo K. Búbber
En el 2009, Gustavo Adolfo Villanueva era un ratero de poca monta, al que pescaron cuando pretendía robar una camioneta…
De hecho, logró robarla y minutos después lo capturaron.
En esas condiciones fue trasladado al Penal del Topo Chico, en donde gracias a que la banda criminal de los zetas empezaba a experimentar una crisis por la desbandada de sus jefes de plaza, fue “invitado” a incorporarse.
Cumplió sus tres años de sentencia y a mediados del año anterior quedó en libertad y comenzó con sus labores criminales.
De esa manera, le dijeron que se fuera a Ciudad Guadalupe, en donde recibió a dos menores de edad reclutados en Monclova, Coahuila; y se juntó con tres mujeres amigas suyas que estaban en malos pasos.
En poco tiempo tenía otros 13 integrantes…
Fue así que se dedicó al narcomenudeo, con los contactos que desde el penal le proveían sus “amigos” reclutadores, a quienes entregaba una cantidad fija que rondaba los 100 mil pesos semanales.
El Tavota, como es apodado este criminal, se dedicó además de vender, a matar a otros vendedores para quitarles la droga o quitarles el espacio.
Siete crímenes fueron los que cometió y que ha confesado…
EL EQUIPO
La Procuraduría de Justicia del Estado presentó al Tavota y a sus cómplices: Agripino Oyervides Sampayo, “El Nieves” de 30 años, oriundo de Coahuila; Ania Marlene Balderas Pérez de 24 años; Irvin Alejandro de León Muñoz, “Alex” de 18; Macaria Esther Flores Reyes Maca de 29 años; Carlos Javier Méndez Montelongo, alias “Golón” de 32 años; Daniela Sarahí Pérez Quesada de 26 años; y los menores Emanuel Guadalupe de 15 años, Jesús Omar y Jesús Rolando, ambos de 17 años.
Además, José Guerrero Gómez, “Cepillín” de 40 años; Francisco Baltazar Hernández Cruz de 28 años, y Eduardo Leíja de los Santos de 18 años; y Mario Alberto Cruz Higadera de 22 años, quien dijo ser un reo prófugo del Centro de Reinserción Social de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por lo que la Procuraduría Estatal se ha puesto en contacto con su contraparte tamaulipeca para integrar el expediente del ahora detenido.
Tras su captura, llevada a cabo a partir del 16 de enero en diversos operativos encabezados por laPolicía Ministerial, los detenidos confesaron su participación en siete ejecuciones, entre las que destacan el crimen de Julio César Vázquez Rosales, propietario del depósito Eddy, ocurrido la tarde del 8 de enero del presente año.
A esta célula le fueron decomisadas 2 mil 600 dosis de marihuana y 2 mil 500 de cocaína en piedra listas para su venta, con un valor estimado en el mercado negro de 500 mil pesos.
Además fueron incautadas ocho armas largas AK-47 (Cuernos de Chivo), tres armas cortas calibres .40 y .9 milímetros, cartuchos, cargadores, y cuatro vehículos de diferentes años y modelos, que contrastan con los habituales autos de lujo utilizados por los delincuentes, lo que refiere un cambio en el modus operandi para pasar desapercibidos ante los ojos de las autoridades.
Los detenidos fueron puestos a disposición de las autoridades correspondientes, a la espera que sean giradas las órdenes de aprehensión por los delitos que resulten.
