Por: Obed Campos
Ya era hora que nuestras autoridades valoraran a paz. Ahora falta que sea cierto y que no sea un acto más de relumbrón el que de la noche a la mañana los municipios, como si se pusieran de acuerdo, recordaran que hay que castigar con multa a los nacos que le dan al karaoke o a la música que sea (no le hace que suene la Quinta de Beethoven) hasta el amanecer.
A todos nos gustan las fiestas. Pero a todos nos gusta que respeten nuestro derecho y como diría Juárez, “el respeto al sueño ajeno…”
Una amiga periodista dijo ayer que no importaba el ruido, que lo que pasa es que las monas al micrófono del karaoke se creen Jeny Rivera.
Yo creo que el ruido sí importa. Y que las multas sean altas para los que no respeten el derecho a dormir de los demás es bueno. Total, advertidos están.
Pero a ver si es cierto que la policía de cualquier municipio le va a entrar a arreglar ese problema que parece tan pequeño, pero es tan grande.
Si a problemas más serios ni se acercan los guardianes del orden.
Debe de ser porque nuestros polis más bien cuidan el desorden.