Meditado, serio, quizá arrepentido. Así es como luce hoy Lance Armstrong, según las palabra de Oprah Winfrey, la presentadora que la tarde del lunes logró hacer lo que por muchos años autoridades, excompañeros y medios de comunicación buscaron: que el texano aceptara su dopaje.
La leyenda de Lance, que tenía aún los atisbos de una negación que parecía real para los que querían seguir creyendo en quien alguna vez fue considerado el mejor ciclista del mundo, terminó por desmoronarse y, con ella, manchó por completo una de las etapas más oscuras del ciclismo.
Armstrong, quien hasta hace unos meses considerara a sí mismo “siete veces campeón del Tour de Francia”, encabeza una generación de ciclistas que buscaron el éxito a toda costa.
Ciclistas que, quizá, dejándose llevar por la inercia de la trampa y del hambre de triunfo, se fueron a casa con el título de las grandes vueltas del año, pero con las dudas sobre si su victoria había sido limpia o tuvieron que usar sustancias dopantes para conquistar la carrera.
Y es que, de acuerdo con un recuento realizado por El Economista, entre 1999 y el 2005, años en los que Lance consiguió consecutivamente sus victorias en la ronda gala, al menos 19 de los 21 ganadores que se coronaron ya sea en el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta España, se vieron involucrados durante o después de haber conseguido su título en un escándalo por dopaje.
En 1999, el italiano Ivan Gotti se adjudicó el Giro de Italia, pero un año después se le acusó de dopaje sanguíneo, aunque nunca se le comprobó nada. Ese mismo año, el alemán Jan Ullrich ganó la Vuelta España, pero en el 2006 se vio involucrado en el escándalo de la Operación Puerto y fue sancionado por dos años.
Para el 2000, el italiano Stefano Garzelli fue el ganador del Giro, pero, un año más tarde, dio positivo por la sustancia probenecid, mientras que el español Roberto Heras se llevó el título de la Vuelta España, pero en la misma competencia del 2005 fue sancionado por dar positivo por EPO; sin embargo, apeló el castigo y ganó.
El 2001 no fue diferente para los ganadores de las grandes vueltas, pues el italiano Gilberto Simoni ganó el Giro, pero un año más tarde fue castigado por dar positivo por cocaína previo a la Vuelta de Trentino; mientras que el español Ángel Casero, ganador de la Vuelta España ese año, en el 2006 fue identificado por la Guardia Civil española como cliente de la red de dopaje liderada por Eufemiano Fuentes, de la Operación Puerto.
Sólo un par de excepciones se dieron en esos años en el Giro de Italia. La primera, en el 2002, con el italiano Paolo Savoldelli, quien ganó aquella edición de la competencia y volvió a hacerlo en el 2005, pero nunca se vio inmiscuido en algún escándalo por sustancias prohibidas.
La otra se trata del ganador del Giro del 2004, el italiano Damiano Cunego, que no sólo no estuvo en escándalos por dopaje, sino que se convirtió en un activista por un ciclismo limpio al lanzar la campaña “I’m doping free”.
En el 2003, Gilberto Simoni y Roberto Heras volvieron a ganar el Giro y la Vuelta España, respectivamente; en tanto, Heras repitió en la carrera española. En el 2005, último año en que Lance ganó el Tour de Francia, Denis Menchov se quedó con la ronda española.
El ruso, finalmente, se vio también involucrado en el caso del médico italiano Michele Ferrari, quien según la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA), creó junto con Armstrong “el más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje en el ciclismo”.
LANCE PODRÍA IR A LA CÁRCEL
Aunque no se ha dado a conocer todavía qué sustancias habría admitido haber usado Lance Armstrong, se ha dicho que la Unión Ciclista Internacional esperará a ver la entrevista para llamar a declarar al exciclista ante su Comisión Independiente.
Del mismo modo, de aceptar su culpa, podría ocurrir con él lo mismo que a Marion Jones, la velocista que estuvo seis meses en la cárcel por haber mentido a los investigadores en sus acusaciones por dopaje.
Por su parte, la cadena CBS informó que Armstrong podría querer testificar en contra de otros implicados en la trama de dopaje ilegal y está en conversaciones para devolver parte de los fondos de los contribuyentes que ganó durante su carrera con el US Postal.
La cantidad de pruebas en su contra es abrumadora y cuando Armstrong decidió no luchar en contra de los cargos que se le imputaban, sus victorias en el Tour de Francia fueron rápidamente anuladas. También ha sido sancionado de por vida para practicar el ciclismo profesional.
Sus patrocinadores, que se habían mantenido leales, empezaron a abandonarlo y él renunció a la Presidencia de Livestrong. Los problemas legales empezaron a amontonarse.
Su excompañero Floyd Landis, que también confesó sus malas prácticas, presentó una demanda en contra de Armstrong por defraudar al gobierno de Estados Unidos, mientras que el periódico londinense Sunday Times hizo lo mismo para recuperar los cerca de 500,000 dólares que le pagaron para cerrar un pleito por difamación.
No fue tan claro como esperaba: Oprah Winfrey
Luego de que se diera a conocer la confesión de dopaje Lance Armstrong en una entrevista con Oprah Winfrey, la presentadora aseguró que “no confesó de la forma esperada”.
En un programa de la CBS emitido ayer por la mañana, la presentadora de televisión dijo que deja a los espectadores decidir si Armstrong “se ha mostrado arrepentido” y añadió que lo vio “meditado y serio”. Sobre las razones que han llevado al ciclista a aceptar la entrevista, Oprah explicó:
“Yo lo vi preparado”. Y detalló: “No me respondió a todas las preguntas, pero las más importantes, aquellas que todo el mundo ha estado esperando, han sido respondidas”.
Fuente: El Economista