Nueva York ha votado este martes en su Cámara de Representantes (104 a favor; 43 en contra) la legislación más dura de control de armas de las que existen en el país – a pesar de tener ya una muy restrictiva- que prohibirá la venta de cartuchos de municiones que contengan más de siete balas, ampliará la comprobación de antecedentes de los compradores y dejará fuera de la ley la venta de armas de asalto. El Gobernador del Estado, Andrew Cuomo, ya ha firmado la legislación, convirtiéndola en norma.
En la noche del lunes, el Senado pasaba el proyecto de ley por 43 votos a favor y 18 en contra, convirtiendo en norma la iniciativa bipartidista que nació tras la masacre de Connecituct de la que ayer se cumplió un mes y donde un joven armado acabó con la vida de seis adultos y 20 niños en un colegio de Newtown.
Tras presentar su propuesta durante el discurso de la situación de su Estado, el Gobernador Cuomo declaró que la violencia armada representa “un flagelo para la sociedad”. “Llega un momento en el que hay que decir: ‘no más pérdida de vidas inocentes'», anunció. “El Senado ha hecho una declaración valiente al ponerse de acuerdo en una ley bipartidista y colaborar para enfrentar juntos los desafíos que le esperan a nuestra nación tras ver demasiados actos sin sentido resultado de la violencia con las armas”, dijo Cuomo tras el voto del senado.
El líder republicano del Senado, Dean Skelos, señaló que «la iniciativa está bien equilibrada, protege la Segunda Enmienda [que garantiza a los civiles el derecho a la posesión de armas[“, ya que «no hay confiscación de armas, que era un punto que se había mencionado en alguna ocasión».
El control de armas ha estado en el centro de la escena política norteamericana desde la matanza de Connnecticut. El rifle de asalto con el que Adam Lanza perpetró su asalto es una versión de un rifle militar que puede albergar hasta 30 balas y que a partir de hoy Nueva York quedará prohibido.
Según dos últimos sondeos de opinión, la mayoría de los norteamericanos -52%-apoyan medidas más duras para contrarrestar la violencia que provocan las armas de fuego, incluyendo la prohibición de las armas de asalto y apostar a guardas armados en cada escuela, según una encuesta de Washington Post-ABC News. Ese 52% asegura que lo sucedido en Connecticut les hizo adoptar esa posición.
Una encuesta del Centro Pew concluye a su vez que el 85% de los ciudadanos está a favor de que en las transacciones privadas de armas y en las que se producen en ferias se haga una comprobación exhaustiva de los antendentes del comprador. El mismo sondeo concluye que un 80% de la población está a favor de leyes que prevengan a las personas con enfermedades mentales de adquirir un arma.
Mañana miércoles, el presidente Barack Obama, junto con el vicepresidente, Joe Biden, y rodeado de un grupo de niños que escribió cartas al mandatario tras el tiroteo de Sandy Hoook, dará a conocer en la Casa Blanca sus propuestas para enfrentar un problema que ha adquirido categoria de prioridad nacional. El presidente estudia hoy las 19 medidas que podría poner en práctica mediante una orden ejecutiva, es decir, sin la aporbación del Congreso. Entre esas medidas estaría dictar castigos más estrictos contra la gente que mienta sobre sus antecedentes en la venta de armas, eliminar límites a la investigación federal sobre el uso de armas, ordenar penas más estrictas contra gente que trafique con ellas y dar a las escuelas flexibilidad para utilizar sus recursos para mejorar la seguridad.
La Casa Blanca ha confirmado hoy que el presidente pondrá todo su esfuerzo en que se apruebe una ley que prohiba las armas de asalto, los cargadores de máxima capacidad y acabar con los tecnicismos que permiten circunvalar la comprobación de antecedentes en los futuros dueños de armas.
“¿Se conseguirá todo eso a través de este Congreso? No lo sé”, dijo Obama en conferencia de prensa ayer lunes. «Mi punto de partida es no preocuparme por la política. Mi punto de partida es enfocarme en lo que tiene sentido, en lo que funciona», finalizó.
Fuente: El País