Ayer, cuatro alcaldes metropolitanos se reunieron con autoridades estatales. El tema fue la revisión de la estrategia de seguridad. Fue una secuela de las que ya se han realizado en este año, y donde normalmente se termina presumiendo un avance en el combate a la delincuencia. También ayer, los empresarios la construcción reconocieron que el gobierno estatal, y por contagio los municipios, han logrado avances importantes en el tema de la seguridad.
Tan importante es el tema que el propio gobierno del estado, con las obligadas comparsas legislativas, se han metido en un enfrentamiento directo con la Iniciativa Privada y con los propios ciudadanos. Con unos, por el desafortunado Impuesto Sobre Nómina, y con otros por la frenesí recaudatorio desatado. Todo para captar recursos que, dicen, aseguran, prometen, serán destinados al combate al crimen.
Es curioso que en la reunión de ayer sólo estuvieran presentes los alcaldes de Monterrey, Escobedo, Guadalupe y San Nicolás. El área metropolitana comprende más municipios, y prácticamente en todos ellos existe inseguridad, en todos se mueven los grupos criminales, en casi todos se realizan actividades criminales que van desde lo discreto hasta lo descarado.
La reunión sucede en medio de una ola de violencia que está cobrando una diaria cuota de sangre por toda la cuidad. Los crímenes suceden ya cotidianamente, y algunas han llegado a extremos de crueldad que tratábamos de olvidar y guardar en el cajón de las pesadillas.
Es evidente que se está viviendo un momento crítico. Las sucesivas reuniones, podrán ser cordiales y hasta informales, pero están respondiendo a un estado de cosas inadmisible. Además, la recurrencia de los hechos violentos contradicen la versión oficial de que se está avanzando contra la inseguridad.
Hay que reconocer que se ha limitando un poco el campo de acción a las bandas criminales. Al menos hasta el momento no han recuperado su capacidad de movilización masiva con bloqueos y otras manifestaciones públicas bastante sospechosas. Queremos suponer que también se ha reducido mucho la infiltración del crimen organizado en la administración pública. No podemos decir lo mismo de otras organizaciones o empresas, puesto que la batalla contra esta sofisticada delincuencia no es tan sofisticada como para librarla en el terreno financiero… al menos en México.
Pero aún con este acotamiento al campo de acción criminal, estamos todavía muy lejos de afirmar que vivimos un estado de inseguridad medianamente aceptable.
Y hay que añadir que es de extrañarse que otros municipios no hayan participado en la reunión del miércoles. Municipios como Juárez, donde apenas ayer hubo una balacera en la que murió un niño de 11 años.
Si bien, cada municipio tiene recursos y necesidades distintas, todos deberían sumarse a la estrategia estatal. Las ausencias de ayer son inquietantes, porque no se sabe si fueron por decisión de cada cabildo, o porque de plano no fueron convocados.
La cuota de sangre que se está pagando no es sólo de unos cuantos municipios. Y aunque lo fuera, la mancha está dejando ensangrentado el rostro de todo Nuevo León.