EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
No han transcurrido siete días del cambio federal cuando ya todos, o casi todos, pronostican, con su vasta experiencia, lo que va a suceder en este México de mil recuerdos. Gritan, pontifican, aprueban, aconsejan, reprueban. En fin, con su erudición inconmensurable ya decidieron nuestro futuro. Tienen razón, hay que creerles para que al menos no se enojen. Algo, que no han dicho, es cierto: el joven presidente de México ha reunido experiencia con juventud, o viceversa. Conjuga la pluralidad y el género. Y conforme avanza el tiempo vemos fortalecida nuestra aseveración. Cinco capítulos, trece aspiraciones, son la médula espinal del gobierno. Ya nos la presentó desde Palacio Nacional. Ahora solo falta que las cumpla. Démosle tiempo. Confiemos en que con nuestro voto no nos equivocamos, como muchos lo hicieron cuando Zedillo votó por Acción Nacional en el dos mil y que ahora se recriminan. El pasado ya se fue. Estamos en el presente. Dejémoslo correr, con la esperanza, hoy un atisbo, de tener un país mejor que como lo encontró. Está a punto de salir el presupuesto y será entonces cuando se sepa cómo lo va a emplear: ¿para satisfacer a sus amigos con salarios de miedo?, o aplicarlo en obras de infraestructura para crear empleos, trabajo, educación, alimentos, seguridad, tranquilidad, pero sobre todo dar comodidad a quienes, como hoy, no la tienen aún. Están confiados en salir de la humillación a que las sometió la docena trágica. Lastimados por tantos y tantos muertos. Por el boato de quienes se fueron con nuestros ahorros. Seamos congruentes. Hagamos críticas con razón a quien nos gobierna. Alcemos nuestra voz para señalar errores, pero, por favor, no le busquemos mangas al chaleco, porque no las tiene. Dejemos gobernar a Peña Nieto, Enrique, que para eso veinte millones lo hicieron Jefe del Ejecutivo. Y veinte millones de mexicanos, al menos, no podemos estar equivocados.
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