Tuvieron que pasar 108 años de historia en el fútbol organizado para que la FIFA determinara la implementación de la tecnología en busca de terminar con las controversias, el primer paso: aclarar los goles fantasmas. Durante el Mundial de Clubes de Japón se inaugurará una nueva época en el balompié mundial, Hawk-Eye y GoalRef iniciarán el camino para la modernización de un deporte que se había negado a evolucionar.
El 5 de julio del presente año, y tras nueve meses de investigación, la International Football Association Board aprobó la incursión de la tecnología en la línea de gol (GLT por su sigla en inglés) tras un proceso que incluyó a 11 empresas con diversos modelos, Hawk-Eye de Sony y GoalRef del Instituto Fraunhofer de Circuitos Integrado de Alemania resultaron ganadoras.
La filial de Sony en Inglaterra es la creadora del sistema Hawk-Eye que mediante seis a ocho cámaras de alta velocidad colocadas en distintos ángulos del estadio, vigilan la trayectoria de la pelota rumbo a la portería, un software describe las distintas posiciones del balón y si rebasa completamente la línea de gol se manda una señal al dispositivo del árbitro marcando la anotación. Según estimaciones de la BBC el costo del sistema alcanza 400,000 dólares.
Asimismo, la tecnología GoalRef utiliza campos magnéticos, la portería tiene en cada poste detectores de frecuencias, el balón está equipado con un dispositivo que modifica las ondas del campo magnético al cruzar completamente la línea y manda una señal al árbitro para confirmar el gol. La infraestructura tiene un costo de 240,000 dólares.
Previo al inicio del Mundial de Clubes, el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, comentó que aunque los precios de los artefactos son altos, “en un futuro habrá más empresas presentes en el mercado, y el coste se reducirá”. Pese a las consecuencias que traerá el uso de la tecnología, Valcke dijo: “No cambiará la velocidad, los valores”.
Sin embargo, aún con la ayuda de nuevas herramientas, la última palabra la tendrá el árbitro, antes de cada partido probará el sistema y, de acuerdo con su experiencia, decidirá si lo utiliza o no, además en caso de una jugada comprometida, el juez de cancha tendrá libertad de admitir o rechazar la indicación de Hawk-Eye o GoalRef .
Mientras la tecnología estaba al servicio de la ropa, zapatos y balones, ésta no mejoraba la tarea de los árbitros frente a un juego más dinámico y técnico al de antaño, las voces que argumentaban romper la esencia del futbol con la llegada de nuevos mecanismos vivirán la nueva etapa del deporte, donde el conocimiento está al servicio del espectáculo.
Fuente: La Verdad de Yucatán