La OTAN acordó ayer enviar defensas aéreas de fabricación estadounidense a la volátil frontera de Turquía con Siria, un impulso más bien simbólico a un miembro de la alianza en la línea del frente si la guerra civil cruza sus fronteras, pero un respaldo potencial para una mayor operación aérea de EU y la OTAN en caso de que el conflicto en Siria siga deteriorándose.
La aprobación de la alianza militar de instalar baterías antimisiles Patriot en el sur de Turquía representa el primer compromiso significativo de la OTAN en la crisis militar de 20 meses de duración. Funcionarios de la OTAN y de Estados Unidos insistieron en que el sistema está completamente dedicado a la defensa de Turquía y no es un precursor de una intervención militar en Siria. El sistema proporcionaría ninguna protección para los civiles sirios o los rebeldes que luchan para derrocar al presidente Bashar al-Assad.
“Turquía ha solicitado el apoyo de la OTAN y nos solidarizamos con Turquía en un fuerte espíritu de fraternidad. Al pueblo turco le decimos: ‘Estamos decididos a defenderlos a ustedes y a su territorio’. A cualquiera que quiera atacar a Turquía, le decimos: ‘Ni siquiera lo piensen’”, aseguró el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
“Quiero que esto quede absolutamente claro: este despliegue será defensivo solamente. Esto de ninguna manera apoya una zona de exclusión aérea o cualquier operación ofensiva y contribuirá a la reducción de la crisis en la frontera de la alianza”, abundó.
Expertos militares aseguraron que los Patriots son tan eficaces contra aviones como contra misiles. Y a pesar de que Turquía y sus aliados de la OTAN se han mostrado reticentes a establecer una zona de exclusión aérea, si eventualmente surgiera la voluntad política para desarrollar una, los Patriots a lo largo de la frontera podrían ser útiles para rápidamente forjar una zona de amortiguación de 40 kilómetros.
La OTAN no quiere ser arrastrada al conflicto sirio y el gobierno de Obama aún se opone a la intervención. Naciones no afiliadas a la OTAN tendrían que haber votado expresamente para el despliegue, que a algunos les preocupa se pudiera convertir en una pendiente resbalosa. En cambio, la decisión fue tomada por unanimidad.
En la práctica, la decisión implica sólo a EU, Alemania y a Países Bajos -las tres naciones con Patriots o un sistema paralelo-. Se espera que los tres aprueben un número limitado de baterías antimisiles, probablemente con pequeños contingentes de militares para operarlos.
Fuente: El Economista