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Xolos y Diablos a finales

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Diablos y Tijuana disputarán la Liga del Apertura 2012, no sin antes sufrir demasiado. Toluca perdió ayer en casa 2-1 ante América, pero tras el 2-0 de la ida pudo certificar su billete, mientras que Tijuana goleó 3-0 a León pero sufrió en los últimos instantes ya que un gol de los panzas verdes liquidaba todo el esfuerzo de los fronterizos.

El equipo de Enrique Meza va por su undécima corona en la historia para empatar a Guadalajara y los dirigidos por Antonio Mohamed, por la primera en su historia.

TOLUCA, UN PASE CON ALGUNAS MOLESTIAS Y DUDAS

Los 22 futbolistas y Miguel Herrera aparecieron en el centro de la cancha, todos con tímidas sonrisas en su rostro, pero con la mirada perdida, extendiéndose la mano unos con otros, mientras Enrique Meza se iba apresurado al vestidor. La imagen final de la serie entre Toluca y América fue extraña, pero válida, comprensible y hasta necesaria luego del 2-1 en favor de Águilas (3-2 para Diablos), en un choque intenso, de alarido, que puso a los choriceros a un paso del título.

Las sonrisas fueron tibias porque, de un lado, los escarlatas se sabían finalistas pero conscientes de que estuvieron a nada de tener que verla por televisión y que ayer, por primera ocasión en el torneo, perdieron un partido en casa. En frente, la satisfacción fue a medias porque cuando llegaban como víctimas le hicieron un gran partido al experimentado Ojitos Meza, pero que no fue suficiente, porque la gloria quedó a tan sólo un gol.

Apenas se decretó el final del compromiso, Moisés Muñoz corrió toda la cancha y se fundió en un abrazo con Alfredo Talavera, para que luego ya todo ese sector del campo se llenara de muestras de afecto, euforia, amargura, con un Piojo Herrera dándose tiempo hasta de despedirse de la cuarteta arbitral, que también sonreía, pero de manera despreocupada, contagiada por el duelo que acababan de dirigir.

Quien faltó fue El Profe Meza, estratega que se refugió por un tiempo en el vestidor, luego de cansarse de ordenar a su equipo que estuvo muy lejos de su mejor versión, que perdió por primera vez en el campeonato en el momento menos indicado, justo cuando se jugarán el undécimo título de la institución. El técnico ayer se cansó de sobarse la frente, extender los brazos y endurecer el rostro cada vez que los suyos regalaban la pelota.

Habían pasado ya muchos minutos, pero las emociones y los rostros seguían siendo los mismos. Apareció Miguel Herrera en conferencia y a su rictus de dolor y su mediana sonrisa se le unieron unas breves pero claras palabras. “Estuvimos cerca, pero no alcanzó, de repente pasas de la alegría a la amargura. Estoy orgullosísimo de este plantel, pero esto es un fracaso. En América no sirve nada si no se logra el objetivo”.

Después apareció Meza, el mismo que había mirado el cronómetro cada segundo con esperanza y deseos de que se acabara el partido, y que ahora visualizaba su quinto título como estratega, no sin antes reconocer que “América jugó mejor que nosotros. Hubo mucho sufrimiento, hay que jugar mejor, no sólo se puede salir a defender”, agregó.

TIJUANA GOLEÓ, 
PERO CÓMO SUFRIÓ

Con el silbatazo final, llegaron los abrazos en la banca de Tijuana. Ahí, en el área técnica, se refugió el cuerpo técnico de Antonio Mohamed en un círculo en el que llegaban las plegarias, los agradecimientos y las emociones. Así, invadido por una marea de sentimientos, abandonó la cancha El Turco, quien se fue al vestidor sin poder contener las lágrimas tras el categórico pase a la final de Xolos equipo que se impuso 3-0 (3-2 global) a León, quien vio concluida de esta forma su gran campaña de regreso al máximo circuito.

Mohamed sonreía al mismo tiempo en el que le brotaban las lágrimas, una tras otra, siempre abrazado por gente de su cuerpo técnico, que lo escoltó hasta la entrada al túnel que lo llevó al vestuario. Anoche, el técnico del cuadro fronterizo no supo de guardar las emociones y, en medio de todas las cámaras y de más de 20,000 personas que llenaron el Estadio Caliente, festejó como nunca se había visto un pase a la final.

Y las lágrimas de El Turco fueron justificadas porque sus pupilos lograron lo que ningún otro equipo hizo en la campaña: dejar en ceros a la ofensiva de León, equipo que anoche estuvo muy, pero muy lejos de ser el cuadro que le pasaba por encima a sus rivales. En esta ocasión, le sucedió lo contrario y no encontró argumentos para llegar a la pelea por la copa.

Antonio sonreía y dejaba fluir el llanto también porque por primera ocasión sus dirigidos fueron capaces de hacer más de dos goles. Fidel Martínez, Duvier Riascos y Richard Ruiz convirtieron las anotaciones y fueron los principales culpables de que su entrenador rompiera en llanto tras llevar a la final a Tijuana con apenas tres torneos en la Primera División.

Fuente: El Economista

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