Por: Oscar Tamez
Alejandro Encinas, senador perredista advierte que ni EPN ni Calderón deben entrar por la puerta grande a San Lázaro. ¡Vaya congruencia!, es uno de los senadores perredistas, de los que junto al PAN, ese PAN de Calderón, votaron contra el PRI la ley Laboral en el senado, 15 días después desprecia al actual presidente, su aliado hace unas semanas. Es de aplaudir la congruencia pragmática del perredista.
Es que hoy día el pragmatismo se usa como sinónimo de cualidad per se en el ejercicio de la política y del gobierno. Lo que debemos recordar es que el pragmatismo es una corriente filosófica similar al utilitarismo, al materialismo; de esas corrientes que no ponderan los aspectos humanistas y anteponen la utilidad, el beneficio, la ganancia de los hechos, vaya, de esas que coinciden con que el fin justifica los medios. Encinas deja de ser un político de ideología con identidad humanista para ser un político pragmático.
¿De qué sirve negociar con políticos como Encinas si mañana pedirán más a cambio del mismo amor que hoy te dan?
