Por Ilich Cuéllar:
En todo el mundo, la denominada Izquierda política se ha distinguido por defender las ideas progresistas que beneficien al grueso de la población y por luchar a favor de los derechos de las minorías. También ha luchado en contra de los Estados confesionales, promovido la tolerancia y ha recibido el apoyo de intelectuales y eruditos. Vive en franca y natural lucha contra la Derecha, que representa todo lo contrario a sus principios.
Ha gozado de éxito en países como Holanda, Francia (con François Miterrand como el último gran líder) y más recientemente en Sudamérica, siendo Uruguay y Argentina los modelos más sanos y destacables.
¿Y en México?
En nuestro país ha habido tres grandes hitos de esta ala política a través de la historia: La separación del Estado e Iglesia encabezada por Benito Juárez, la presidencia del general Lázaro Cárdenas con la nacionalización del petróleo y la creación en 1989 del Partido de la Revolución Democrática, por Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del querido «Tata Lázaro».
La fundación de este instituto político era una respuesta al fraude electoral en las elecciones de 1988 que le dieron la Silla del Águila al priísta Carlos Salinas de Gortari. Representó por años una tercera opción ante el prostituido partido hegemónico (PRI) y el añejo partido de oposición que apenas comenzaba a dar lucha, después de décadas en la sombra (PAN).
¿Pero que paso? Lo mismo que el PRI, se prostituyó. Fue incapaz de generar personajes de peso y termino por postular a la presidencia a dos hombres distintos en ¡veintitrés años! A día de hoy se encuentra argumentado en muchas corrientes que se pelean entre sí por huesos, sin escrúpulos y traicionando la ética de su ideología.
Nombres como Jesús Ortega, El infausto Señor de las Ligas Rene Bejarano, Dolores Padierna, Leonel Godoy y hasta los mismos Andrés Manuel López Obrador y el Ingeniero Cárdenas, han llevado a la izquierda mexicana a un estado de postración peor al que tenían los Jedis de Star Wars, en el momento del ascenso de Darth Vader al poder. Para colmo, si le agregamos que el famoso «Peje», en sus delirios mesiánicos, quiere fundar n nuevo partido (sí, oooootro) y que el grupo de «Los Chuchos» de Ortega han promovido alianzas con el PANato, que ha dejado en ridículo a los del sol azteca, es comprensible que el partido esté como esté, o sea, al borde del abismo y hecho pedazos, a pesar de ser la segunda fuerza política de la nación.
Con razón tienen a los coordinadores parlamentarios que tienen. ¿Quiénes son? ¿Alguien los conoce?.
Parece de chiste que ante este panorama, ahora torpedeen al único hombre que parece capaz de sacarlos del hoyo: Marcelo Ebrard, un hombre preparado y miembro de la izquierda moderna que este país necesita. Si el PRD, no tiene la habilidad de sortear estos problemas esta frente a la muerte inminente.
Sin identidad ni ideología se parecen más a sus némesis del PAN, intolerantes, mochos y vilipendiados, que a la opción de vanguardia y apertura que deberían representar.