Por Oziel Salinas:
Dice Maderito (el de allá) que su partido está en un proceso de renovación (o transformación), quizá distinto al movimiento denominado por Andresito: “regeneración”.
Ambos digieren en forma distinta su derrota; mientras el Partido que está formando el Tlotoani tabasqueño significa un re fritado en su carrera política que no ha bajado de intensidad UN SOLO DÍA desde que se lanzó por primera vez a la búsqueda de la Presidencia en el lejano 2006.
No sólo pensemos en sus acciones desesperadas, sino en la insistencia de montar un mitin diario.
Confieso que hace 4 meses ni por milagro del destino pudiéramos haber pensado que sin haberse efectuado la Toma de Protesta Constitucional del Presidente Electo Peña Nieto, tendríamos ya dos candidatos a la Presidencia para el 2018: Marcelito y Andresito.
Perdón por los diminutivos, pero sólo trato de hacer lo mismo que AMLO, quien a diario nos receta una dosis de esto al referirse a “Peñita y Calderoncito”.
La pretensión de Maderito es muy distinta a la de Andresito, ahora se trata de establecer vínculos con la izquierdas para ser “un verdadero contrapeso” (sic) en la báscula política, aunque se vea mal, puesto que la ideología del PAN es diametralmente opuesta a la del PRD, PT y MC.
Y nuestro pensamiento se pierde en las oscuridades del pretérito de nuestra rara historia política, cuando éstas dos formas de opinar respecto a temas nacionales se odiaban hasta el cansancio.
Como dice el filósofo de Güémez: “la confusión está clarísima”.
Ésta rara forma de ayuntamiento no la encuentro en los anales del PAN, cuando dice “en lo político, apoyaremos al PRD y en lo económico apoyaremos al PRI ¿y en lo propio, a quién?
Será la desesperanza que lo invade por haber perdido la elección de Julio haya sido lo que ha llevado a Mederito a mostrar ésta rara y discordante forma de aliarse a sus enemigos históricos que los lleva a accionar un verdadero intríngulis político.
Las acciones de Maderito se parecen más a alguien que no lleva rumbo o que definitivamente anda deschavetado; sigue sin explicarnos con algo de conocimiento más o menos razonable, lo que lo encausa en esa desconcertante forma de hacer política.
En el 2011 vimos esa manera de unirse “espurios y legítimos” para derrotar al PRI en los estados de Puebla, Sonora, Oaxaca y Guerrero; ganaron, pero ¿a qué precio?
Porque quienes llegaron a esas gubernaturas, nombrados como candidatos de ésta mescolanza, no han cumplido con eficacia su acción gubernamental.
Por contrario; en Sonora sigue imponiéndose el crimen organizado; en Oaxaca, los eternos descontentos del CNTE y de la APPO hacen lo que se les pega en gana y en Guerrero, si se diga.
Hay que constatar que dichas personas no han colocado en puestos de alta denominación estatal a gente ligada al PAN o el PRD y en cuanto a sus actuaciones, vemos que sus gobiernos no han resultado eficaces y hasta presentan alto grado de ineptitud.
Quizá con la única excepción del prisita Moreno Valle, en Puebla.
¿Eso es lo que pretende ahora implantar Maderito a nivel Nacional; un recalentado de éste bodrio político que muestra su desmedida ineficacia y su gran ingenuidad?
