Por: Omar Elí Robles
Crecen de noche y en el día se derrumban, los sueños que el olvido mece…
Así canta Serrat en Caminito de la Obra, ese tejer sueños de noche para destejer en el alba.
En Nuevo León entran las nuevas alcaldesas y los nuevos alcaldes.
En todos lados la oferta es el cambio…
Cambiar… cambiar… cambiar…
Por eso nunca terminamos de construir el gran edificio que debiera ser nuestro estado.
No hay visión a largo plazo, cada cual descubre el hilo negro.
Nadie construye sobre muros ajenos.
El asunto es que para los ciudadanos, solamente cambian los nombres y las caras.
Quisiéramos que en todo caso, cambiara solamente el ánimo, la energía…
Que el recomienzo sea nada más una toma de aliento para seguir hacia un objetivo trazado por un gran estadista.
Pero no…
Rompemos para empezar a armar lo que a su vez será roto en tres años.
El cuento de nunca acabar.
