Por Salvador Hernández LANDEROS
El expresidente Fox seguirá siendo Fox inclusive después de muerto. Nunca va a cambiar nada en él.
Vino al Simposio Internacional de Economía del Tec y a los jóvenes asistentes les dijo: “Se que a veces soy medio güey para hablar”.
En su exposición de Liderazgo como Motor de Desarrollo, Fox les habló de la lucha de Estados Unidos y Colombia contra las drogas, no propiamente las económicas.
Se calificó “como una persona que viene del mundo de los negocios y creía en las encuestas”. Por lo mismo expresó que: “Sólo un milagro hubiera permitido que el PAN no perdiera en las elecciones”.
También les dijo: “No vi los astros alineados atrás de ella”, refiriéndose al porqué sólo acompañó un rato a Josefina Vázquez Mota en su campaña por la Presidencia de México.
Para finalizar Vicente Fox se despidió diciendo: “Jamás me van a callar. Voy a seguir diciendo lo que se me venga a la mente”. Y cerró. “Pero ahora lo reflexiono”.
Por lo anterior creo que Fox no es “medio güey para hablar”. Creo que es honesto pero se cura en salud.
También creo que los 300 jóvenes que escucharon su conferencia se pasaron de buenos. O tal vez porque hace seis, la mayoría todavía no cumplía ni los 18 años de edad.
Pero siguiendo con los “güeyes, astros y reflexiones” de Fox, ojalá que aquí en el Estado, quienes nos gobiernan reflexionaran al igual que el expresidente antes de armar sus declaraciones oficiales con expresiones triunfalistas.
Y es que para uno “estamos más fuertes que nunca”; para otro “vivimos en otro mundo” y, en el peor de los casos, para un tercero, vivimos como los astros, “en el universo”.
Y la neta que yo no se si estos gobernantes sean “medio güeyes para hablar”, como se autocalificó Fox, pero tampoco se vale que nos quieran ver la cara de…”foxes”
