Wikileaks ha comenzado a hacer públicos más de cien archivos clasificados por el Departamento de Defensa estadounidense a los que ha llamado en conjunto las «Políticas de Detención». Los documentos establecen los procedimientos a seguir con los sospechosos bajo custodia de las autoridades militares norteamericanas. La organización de Julian Assange anuncia en un comunicado en su página web que a lo largo del próximo mes difundirá los archivos en orden cronológico con las indicaciones seguidas por los cargos militares durante más de una década.
Esos documentos incluyen los llamados SOPs, o Procedimientos Operativos Habituales (Standard Operating Procedures, en inglés), que debían seguirse en los campos de detención en Irak y Cuba (Guantánamo), manuales para los interrogatorios y Órdenes Fragmentarias (FRAGOs) sobre cambios en las políticas de detención. Los textos hacen referencia a la base de Bucca, en Irak, a Abu Ghraib, Guantánamo, y a varias cárceles estadounidenses en territorio europeo, asegura Wikileaks.
Uno de los archivos que la organización ya ha hecho públicos es uno de los documentos «fundacionales» de la prisión cubana de Guantánamo, del año 2002. El archivo tiene una «considerable importancia histórica», en palabras de Assange, que añade: «Guantánamo se ha convertido en un símbolo de los abusos sistemáticos contra los derechos humanos en Occidente, y con razón». «¿Cómo puede ser que Wikileaks haya hecho públicos hasta ahora los manuales de procedimiento en Guantánamo correspondientes a tres años, y que el resto de la prensa mundial no haya difundido ninguno?», se pregunta el australiano.
Sin dejar rastro
Wikileaks explica cómo algunos de los documentos ahora en su poder permitían a las autoridades estadounidenses «deshacerse de los detenidos sin dejar demasiado rastro de papeles». «Muchos de los archivos no pueden ser descritos más que como políticas de irresponsabilidad», dice la organización, que cita como ejemplo una orden del año 2005 que alude a «hacer desaparecer» discretamente a detenidos hacia otras agencias gubernamentales manteniendo sus identidades lejos de los registros militares, evitando de forma sistemática asignar un número de prisionero a estos sospechosos.
En otro documento, una «Orden Fragmentaria» de 2008 -tras el escándalo de las torturas en Abu Ghraib y la polémica por la destrucción de registros de interrogatorios por parte de la CIA-, se anula «la obligación de llevar un registro de las sesiones de interrogatorios» en algunas zonas de los centros de internamiento. Y a pesar de que mantiene la obligación de registrar las preguntas a los reos en otras zonas, establece que los archivos deberán ser «destruidos antes de 30 días». Esa política sería posteriormente revocada por la Administración Obama, recuerda Wikileaks.
«Aunque la violencia física queda prohibida» en varios de los documentos publicados, indica Wikileaks, «una política de intimidación a los presos, combinada con una política de destrucción de registros, ha provocado abusos e impunidad», denuncia la página de filtraciones, que revela detalles de las «técnicas de interrogatorio» aprobadas para su uso por las fuerzas iternacionales en Irak. Una de ellas consistiría en el «enfoque emocional»: «Jugar con el amor que el detenido siente por su familia, su patria o sus allegados», explica. Por otra parte, en el «enfoque del miedo» o «duro», «el interrogador se comporta de una forma apabullante, usando un tono de voz alto y amenazante, para hacer ver a la fuente que efectivamente tiene algo que temer, que no tiene otra opción que no sea cooperar», indica Wikileaks.
«Permanente estado de excepción»
Assange explica en el comunicado que las «Políticas de Detención» muestran «la creación de un espacio oscuro en el que la ley y los derechos no existen, donde la gente puede ser detenida sin dejar rastro, a voluntad del Departamento de Defensa. Muestran los excesos de los primeros días de la guerra contra un «enemigo» desconocido y cómo estas políticas maduraron y evolucionaron, derivando al final en el permanente estado de excepción en el que se encuentra Estados Unidos una década más tarde», concluye.