Por Ilich Cuéllar:
Estaba yo el sábado jugando a ser estrella de rock al tiempo que los Tigres jugaban con unos Pumas de peluche que les cayeron en el estadio, cuando me enteré de una bomba: Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo se reelegían por enésima quinta ocasión como líderes de sus sindicatos.
Así es mis estimados cuatro lectores, tanto el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ven a sus líderes, como ejemplos monumentales de visión, eficiencia, honradez, trabajo y moralidad en pro de sus agremiados y del país. Esto a pesar de violentar una y otra vez, los estatutos de ambos organismos, que impiden más de una reelección.
El distinguido señor Romero Deschamps llegó a la cima del sindicato petrolero hace poco, en 1997 y ya ha renovado su mandato un total de 6 ocasiones, acabando esta última en 2018. Cuando termine esta gestión habrá cumplido 21 años en el cargo, todo un ejemplo de la mentada «democracia sindical» que ahora todos avientan para arriba y también para abajo.
Nada les importó a los delegados sindicales, el impecable expediente que involucra al también senador priísta en una interminable red de corrupción, como aquella vez del «Pemexgate» ¿se acuerdan? Sí, aquella vez que Deschamps donó alrededor de 1500 millones de pesos a la campaña presidencial de Francisco Labastida en el año 2000, que por cierto perdió. ¿Les suena parecida la historia de la movilización masiva de recursos en favor del PRI? A mí no.
Cómo olvidar también los viajes de Paulina Romero Deschamps, la privilegiada que consideraba las bolsas francesas Hermes (que cuestan varios miles de dólares) sus «bolsas del Superama». Memorable también la declaración que hizo el líder perpetuo después de la explosión que causó la muerte de 30 personas en una planta de Pemex en Reynosa, «eso no tiene importancia». En ese caso, creo que tampoco habrá que darle importancia al hecho de que el señor acaba de regresar de Houston, desahuciado por el cáncer de Colón que padece. Parece que las goteras que provocan pérdidas por 277 mil 890 millones de pesos, pueden tener lógica.
Por otra parte, ¿qué podemos decir de la maestra Gordillo? En el poder del SNTE desde 1989, cuando el ilustre Carlos Salinas le entregó el control del magisterio, la señora se ha dado el lujo de despreciar a su partido, el PRI, para mantener al PAN en la presidencia en 2006, al tiempo que creaba un partido político, el PANAL, para colocar a su hija, ahijado, canchanchán y hasta al perro, en posiciones políticas que le permitan seguir chupando recursos del erario. Por supuesto que la residencia que posee la maestra en el lujoso residencial de Greenpeace Turtle Village, en San Diego, California, son producto de su esfuerzo a lo largo de los años y que es incapaz de tocar las cuantiosas arcas del gremio, formadas con las cuotas que se le cobran a los maestros. Es de malpensados creerse esas patrañas inventadas por los malos comunicadores de hoy en día. ¿Alguien sabe de las Hummer rifadas/regaladas de hace años?
Nada tiene importancia ya, pues estos líderes totémicos, charros y anquilosados, no dejarán por nada sus cotos de poder, aunque eso implique un cinismo descarado y grotesco, como el de la maestra Elba Esther, que dijo apenas el viernes que en su sindicato «no caben los líderes vitalicios». Lleva 23 años en la cima y su planilla se llamaba «Innovación». ¿A qué estamos jugando?
En el horizonte divisa Súper Copete (alter ego de Enrique Peña Nieto), quien durante su campaña electoral mencionó que él representaba «al nuevo PRI». Increíble. Por cierto, los sindicatos, en su mayoría, rechazan la reforma laboral propuesta por Felipe Calderón y respaldada por Súper Copete, quien a su vez, fue apoyado por el gremio petrolero y el magisterio, opuestos a la mentada reforma, ¿alguien me puede explicar cómo funciona esto? Porque la neta, ya no entiendo nada.