Por: Salvador Hernández LANDEROS
A una semana del Tercer Informe de Rodrigo Medina, aún se continúan promoviendo los logros obtenidos, entre ellos, los referentes a la seguridad pública.
Los ecos televisivos dan cuenta de que en esta administración se han detenido a DOCE MIL DELINCUENTES, conste. Por ello “ahora Nuevo León está más fuerte que nunca”.
El promocional es contundente. Detenidos DOCE MIL DELINCUENTES. Al no calificarlos ni siquiera como presuntos delincuentes hace suponer que ya fueron juzgados y sentenciados.
No lo vamos a comprobar y ni siquiera contabilizar como si fueran voto por voto. Pero DOCE MIL DELINCUENTES encerrados en los tres penales del Estado es para preocupar.
Desde hace una década se ha dicho que tanto en el Penal del Topo Chico, así como en los CERESOS de Apodaca y Cadereyta, existe una sobre población que pone los reclusorios en riesgo de un polvorín.
En el 2009, año en el que Rodrigo Medina asumió el cargo, se decía que el Topo Chico alojaba a más de 5 mil reos, el de Apodaca más de 3 mil y el de Cadereyta, una cifra similar.
Si a esos números, en partes iguales se les agregan los DOCE MIL DELINCUENTES que pregonan los ecos del Tercer Informe, estamos hablando de que en el Topo Chico están recluidos más de 9 mil reos y en el de Apodaca y Cadereyta, más de siete mil.
No queremos pensar que esos DOCE MIL DELINCUENTES son cifras alegres para rellenar el histórico documento del Tercer Informe, como tampoco lo son “las 164 bandas de asaltantes y secuestradores desmembradas en la presente administración”. (sic).
Detener, investigar, reunir pruebas, consignar, juzgar y sentenciar a DOCE MIL DELINCUENTES en tres años, no es un logro, en todo caso es toda una proeza que debemos ponderar.
Sobre todo, prodigando que las corporaciones policiales, donde se da inicio a todo ese proceso, en los últimos años fueron mermadas a su mínima expresión por todo lo que se ha publicado de ellas.
También en sus promocionales, ahora nos dicen que “hay con qué”. Bueno, solo que sea por eso.