Dice el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, que no le ha pasado por la mente dejar su cargo a la mitad de su gobierno. Asegura que los rumores son solo grilla, y que no va a perder el tiempo en esas cosas. Dice que no va a “aventar la toalla”. Y la verdad es que todos los ciudadanos esperan, no sólo que no aviente la toalla, además que la agarre con mucha más fuerza. Porque políticamente hablando ha superado muchas adversidades, sobre todo las estratagemas de la oposición y las metidas de pata de su propia gente. Pero sigue prácticamente igual el tema de la inseguridad, con avances que se presumen, pero que sólo son visibles en los escritorios de quienes organizan datos. Acá afuera, en la calle, todo parece estar exactamente igual.
Y este debe ser el tema principal del inminente informe de gobierno. Precisamente hace un año en estas fechas, poco antes de su informe, el tema era ese mismo. Estaban frescos los escándalos relacionados con los casinos. Estaba en proceso la famosa depuración policiaca, sobre todo en las policías municipales. Si lo vemos en perspectiva, ni lo uno ni lo otro se ha solucionado. La depuración será muy querida por las autoridades, pero la gente no confía en ella. Y los casinos quedaron nada: ni el caso del Royale fue adecuadamente solucionado, ni el caso del casino Red quedó claro, ni se ha cumplido con la promesa aquella de “No más casinos en Nuevo León”.
Otro tema importante del informe será la economía. En esto hay grandes contradicciones. Desde el gobierno estatal se ha minimizado el impacto de la deuda, y el impacto de la inseguridad en las inversiones. Dígase lo que se diga, el empleo en el estado no está en su mejor época y eso implica que no hay inversionistas suficientes. Además, contra esa actitud tan optimista del gobierno estatal, está una deuda enorme que se ha acumulado, y que sin duda se seguirá acumulando por generaciones.
Así las cosas, es mejor que Rodrigo Medina no se vaya, y que enfrente esta crisis junto con todos nosotros. Dejar el poder tampoco sería políticamente adecuado. De por sí el PRI pasó por una situación bastante difícil durante y después de las elecciones. Posicionarse en el Congreso a pesar de no ser mayoría es un logro político importante. No nos metamos en honduras hablando de las estrategias maquiavélicas que se usaron, pero el hecho es que resultaron. La salida del gobernador daría al traste con ese avance y muy seguramente se pagaría caro en las siguientes elecciones.
Pero ya dijo Medina que no se va, y aunque no es sano confiar en las palabras de un político, vamos a creerle. Eso sí, si en verdad se queda, lo que menos quieren los nuevoleoneses es un funcionario decorativo en el Palacio de Cantera. Es lo suficientemente maduro para aprender de 3 años de errores, suyos o de otros. Que se aplique ahora a solucionarlos. Y sobre la grilla de que se va, es mejor que vuelva la cara hacia dentro de su equipo. Es de ahí de donde salen esos rumores… porque en ese tema, a los panistas, ni quien les crea.