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Irán no tendrá la bomba: Obama
Estados Unidos hará «lo que deba hacer» para impedir que Irán se haga con la bomba atómica. Lo dijo ayer el presidente norteamericano, Barack Obama, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que abrió su 67º período de sesiones. El mandatario concedió que un arma nuclear en manos del régimen iraní «amenazaría con eliminar Israel, la seguridad de las naciones del Golfo y la estabilidad de la economía global».
La sentencia del inquilino de la Casa Blanca llega un día después de que, con no poca controversia, Obama dijera que Israel es «uno de nuestros más estrechos aliados» en Oriente Medio -pero no «nuestro más estrecho aliado» o «nuestro principal aliado» en la región- y que se quejara del «ruido» que, en forma de agresivas declaraciones, han hecho altos cargos judíos que abogan por lanzar cuanto antes un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes.
La falta de sintonía entre EE UU e Israel es de tal calado, en este y otros puntos, que Obama ha rechazado reunirse con el primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, que hoy intervendrá ante la Asamblea General de la ONU, alegando problemas de agenda. Un gesto que no tiene precedentes.
Lejos de enmendarse a ojos israelíes, el presidente norteamericano reafirmó ayer, en su intervención, que Washington «quiere resolver este asunto a través de la diplomacia». A su juicio, «todavía hay tiempo y espacio» para hacerlo. «Pero ese tiempo no es ilimitado», agregó, en su única advertencia al régimen de los ayatolás, aparte de la ya citada: que EE UU hará «lo que deba hacer» para evitar que los clérigos chiíes se hagan con la bomba atómica.
Un Irán con armas nucleares no es un desafío que pueda ser simplemente «contenido», porque «se corre el riesgo de desencadenar una carrera armamentística nuclear en la región y del desmoronamiento del Tratado de No Proliferación», advirtió Obama.
El presidente norteamericano también aprovechó para denunciar que los ataques a las misiones diplomáticas de su país en naciones árabes suponen un «asalto» a los ideales sobre los que se fundó la ONU, a cuyos miembros pidió formar un frente común contra la «violencia» y la «intolerancia».
En cambio, lo que sí merece protestas, al entender de Obama, son las acciones del régimen sirio, «que tortura a niños y dispara cohetes contra edificios de apartamentos».
Otra parte de su discurso la consagró a la «primavera árabe» y a subrayar que esta «creciente oleada de libertad» debe ser preservada. Por primera vez en décadas, «tunecinos, egipcios y libios votaron por sus nuevos líderes en elecciones creíbles, competitivas y justas». «La verdadera democracia, la libertad real, es un trabajo duro», agregó. Como «duro» será también el «camino» para lograr la paz entre palestinos e israelíes, aunque «el destino es claro». «El futuro no debe pertenecer a los que dan la espalda a la posibilidad» de que el conflicto entre ambos pueblos se solucione, dijo Obama. Y aquí volvió a aludir a Irán: «Dejemos atrás a quienes rechazan el derecho de Israel a existir», subrayó.
