Por Oziel Salinas:
El debate sobre la Reforma Laboral en la Cámara de Diputados de San Lázaro ha mostrado la real faceta de algunas de las llamadas “izquierdas mexicanas”.
Ayer, 28 de Septiembre, irrumpieron las embravecidas hordas de quienes provienen de la revuelta, la manifestación vocinglera y el bloqueo de calles o carreteras.
De nuevo vimos el bochornoso espectáculo de “toma de tribuna”, por parte de algunos radicales.
La Mesa Directiva de la Cámara optó por ordenar un receso debido a que algunas diputadas perredistas y otros legisladores de los partiditos rémoras, arrebataron el micrófono del Presidente de la Sala, citando éste, de inmediato, un receso para reanudar los “debates” una hora después.
Al cumplirse el plazo, los integrantes de la Mesa Directiva reanudaron la sesión desde uno de los balcones existentes, habiéndose reanudado los trabajos; los enardecidos (as) miembros de la izquierda recalcitrante, ciega y sorda, se vieron en la necesidad de atestiguar el abrumador paso de la mayoría parlamentaria.
Ésta acción obligó a la resolución definitiva en un agotador “fast track” que culminó a las cuatro de la mañana del hoy, sábado 29, donde finalmente ésta reforma fue aprobada por mayoría, en lo general y en lo particular, ordenando sea transferida a la Cámara de Senadores para su calificación y posible promulgación.
El fallido, molesto y grandilocuente acto de rebeldía de quienes estaban posesionados de la máxima Tribuna del país, hubieron de apechugar, con estoicismo franciscano, cómo se desarrollaban intempestivamente los debates que culminaron con dar paso al trámite correspondiente.
Se quedaron “sin Juan y sin las gallinas”; en adelante tendrán qué incursionar en el otro foro, la Cámara de Senadores; veremos si allí se comportan sus compañeros de Partido en la misma forma.
Qué espectáculo tan vergonzoso vimos ayer; donde 40 o 50 personas, tratando de hacer trampa, de reventar la sesión, vociferando, arrebatando micrófonos, cantando con fervor patrio nuestro Himno Nacional, en vano intento e inoperante acción que no planearon; simplemente salieron desvalijados; la Reforma Laboral ya está en otro lado.
Así; una Ley que se antoja necesaria – data de hace 42 años – pasa al otro foro de debates.
De nada han valido las reformas para evitar éstas viejas formas de actuar en política; quienes ayer se posesionaron de la Tribuna, sólo se han exhibido como inocuos trogloditas.
La actitud de los insípidos, inoperantes radicales, muestra que las reformas de nuestras leyes no valen para quienes están dispuestos a gritar, en vez de persuadir.
Falló el intento de reventar la sesión , mostrando su falta de civilidad y su afán de seguir, dentro de los foros, o en las calles, con sus algaradas de siempre.
De nada han servido que se hayan reformado las leyes para darles a todos los partidos, a todas las ideologías, a todas las voces, a poderse expresar en la Máxima Tribuna del país.
A ellos simplemente les “vale madre”.
No aceptan que en TODAS las democracias, las mayorías son las que triunfan en los parlamentos. Ni modo; el que viene de rancho y no quiere modernizarse, enseña de inmediato los cadillos.
