Por Oziel Salinas:
En México, caso único, tenemos tres presidentes; uno, el constitucional, Calderón, quien ha decidido entrar en órbita “plus”, recorriendo la República como poseído, en búsqueda del halago y la consideración del pueblo, agregando en sus discursos nuevas marcas en eficiencia gubernamental, nacidas en su febricitante sesera alimentada por no sé qué extraños sueños de grandeza histórica.
¿Qué, o quién, parará esa afanosa carrera contra el destino, que avizoramos degradante y negativa?
Tras mostrarnos su capacidad de auto valorarse como “el más grande de los mandatarios nacionales”, ha decidido viajar a Europa donde seguramente lo esperarán con ansia sus homólogos, castigados ahora por el flagelo de la quiebra y el desencanto popular.
¿Llegará al grado de darles consejos para eliminar tan penosos problemas? Todo es posible.
Pensamos que sería mejor aprovechar las últimas semanas, reuniéndose casi a diario con su Gabinete de seguridad, tratando el tema del crimen organizado y el narcotráfico imperante; ejerciendo su papel predominante en su muy particular guerra.
Se lo agradeceríamos bastante, porque él ha sido principal protagonista del combate a los pillos.
Qué bueno sería para el país verlo entre mandos a él subordinados, dar órdenes terminantes, posiblemente a diario, en búsqueda de una solución que está – de acuerdo a todos los indicadores – muy lejos de solucionarse. Hay analistas que aseguran su lucha perdida.
Otro Presidente, el Electo, Peña Nieto, quien también anda en su particular periplo por Centro y Sudamérica y cuya presencia, según lo vemos por los medios, representa algo distinto a lo pretendido por Calderón; ha pedido a sus futuros colegas – por él visitados – consejos en lo que considera logros de sus administraciones, mostrando modestia y altitud de miras, algo muy difícil de encontrar actualmente entre quienes poseen poder.
Tenemos otro, AMLO, quien lleva seis años de haberse proclamado “Legítimo”, y prepara desde ahora una nueva aventura política con miras a ser postulado por su Partido MORENA, para el 2018. Se siente apoyado por muchos – en eso no está errado – y pretende entrarle de nuevo a otra derrota anti reeleccionista. Suena a pleonasmo ¿no les parece?
No vaya a resultar ésta trinca presidencial como aquella resultante en la Iglesia Católica, cuando fueron convocados los obispos a un Concilio para tratar de destrabar un nudo de poder; había dos papas, uno residente en Avignón, Francia y otro en Roma.
Al finalizar el evento, resultó uno nuevo; tuvimos tres papas.
Cuánta desordenada ceguera de algunos compatriotas. Ni modo; así es nuestra particular “polaca”.
