Primero, la Iglesia Católica en Estados Unidos. Ahora, los Boy Scouts. Cientos de casos de abusos sexuales fueron encubiertos desde el corazón mismo de una de las entidades de servicio más grandes del país. Según reveló el diario Los Ángeles Times, unos 500 menores de edad fueron abusados y las autoridades Scouts evitaron denunciar a los agresores y ayudaron a ocultar lo que estaba ocurriendo puertas adentro.
Tras revisar 1.600 archivos confidenciales, que van desde 1970 a 1991 en la centenaria organización, Los Ángeles Times halló más de 500 casos en los cuales los Scouts se enteraron de los abusos a través de las denuncias de los propios menores, padres, personal o presentaciones anónimas, pero luego evitaron hacer las denuncias correspondientes ante las autoridades. ¿El motivo? Evitar el desprestigio de la organización y salvar a toda costa su imagen.
Según informó ayer el diario, cerca del 80% de los casos no fueron registrados de modo alguno entre los Scouts durante al menos dos décadas y los funcionarios de la entidad buscaron activamente esconder las denuncias o permitieron a los sospechosos ocultarlas en más de un centenar de casos.
Pese a que los Boy Scouts of America, que cuenta con cerca de cuatro millones de miembros adultos y jóvenes, buscó por largo tiempo mantener los «archivos de la perversión» –como se los conoce- fuera del alcance del público, podría enfrentar una ola de demandas judiciales y mala publicidad en las siguientes semanas a medida que se liberen los registros.
Es que la Suprema Corte de Oregon ordenó la desclasificación de cerca de 1.200 archivos, de entre 1965 y 1985, incluyendo algunos de los ya relevados por el periódico.
Sólo por mencionar algunos casos, el diario repasó abusos ocurridos en el seno de las filiales de Virginia, Michigan, Pensilvania y Rhode Island, entre otras.
Según los archivos analizados, en 1982, un director de campamento de los Boy Scouts de Michigan recibió la denuncia contra un líder de su entidad pero se excusó de presentar una denuncia en su contra porque sus superiores le pidieron que protegiera la reputación de los Scouts.
En otro caso, de 1987, uno de los ejecutivos de los Scouts se quejó ante una oficina nacional en Washington porque su jefe se negaba a denunciar a un colega a pesar de los reportes de abusos «porque (el hombre) había hecho mucho por el campamento y era un buen tipo».
Uno de los archivos hallados por el diario señala que el encubrimiento fue sistematizado. «No haremos acusaciones y no vamos a revelar información a nadie, ni afectaremos su permanencia en la comunidad», dice unos de los comunicados internos y hasta ahora secretos de los Scouts.
Miembros de diferentes jerarquías de los Scouts confesaron a Los Ángeles Times que en muchos casos, encubrieron las denuncias para ahorrarles la vergüenza a las víctimas.
Oficialmente, los Boy Scouts of America se negaron a hacer declaraciones puntuales sobre estas acusaciones de «hechos ocurridos 40 años atrás», tal como dijo su vocero Deron Smith a la CNN. Sin embargo, emitieron un comunicado en el que aseguran: «Una sola instancia de abuso es inaceptable y lamentamos que haya habido tiempos en los que los mejores esfuerzos de la BSA por proteger a los chicos fueron insuficientes.
Lo lamentamos mucho y extendemos nuestra mayor consideración a las víctimas. Estamos comprometidos a ayudar a miembros de la familia Scout que hayan sufrido abusos y los asistiremos en las áreas que necesiten».
