Ya basta de «ya basta»:
Rodrigo Medina dio la cara este miércoles en un discurso que fue bastante previsible. El eje de su rueda de prensa fue el asesinato del ex diputado panista Hernán Belden Elizondo. La novedad fue solo una: la precisión de que no se trató de un secuestro sino de un asesinato. Lo demás, es básicamente lo mismo que se ha dicho desde hace años en cada crimen: que se hallará a los asesinos, que ya hay líneas de investigación, y que no se puede informar nada más para no entorpecer las investigaciones.
También era previsible que se pidiera a los partidos, obviamente al PAN, que no se lucre políticamente con este crimen, sobre todo por respeto a la familia del difunto ex diputado. Y era previsible porque es algo de elemental decencia y humanidad, y porque ya se habían pronunciado otros priístas en ese mismo sentido.
La recomendación del Ejecutivo está de más. Un ciudadano común tiene esa sensibilidad, esa decencia, y esa profunda humanidad frente al dolor ajeno. Los ciudadanos no hicieron acuse de recibo del reproche del Gobernador. El caso de los políticos es muy distinto. Si lo oyeron y lo entendieron, nada nos asegura que hagan caso. Vale en este caso para panistas u otros partidos; y vale también para los priístas, que no están en este caso, pero lo han estado y volverán a estar en otros similares. Esto no lo va a cambiar ni la súplica de un mandatario, ni la muerte de políticos o ciudadanos.
Con todo y que Rodrigo Medina dio la cara, eso no significa absolutamente nada. Ni siquiera la información que dio fue relevante. Tampoco la presencia de la plana mayor de seguridad en el Estado le da peso, ni nos asegura nada. Es curioso que este asesinato se dé con días de diferencia de un joven, al que Mauricio Fernández llamó “travieso”. En ese plagio del pasado viernes, que terminó en crimen, tampoco se tuvo mucha sensibilidad ni respeto por la familia del joven.
Lo positivo es que, aunque fuera como una mera mención rápida, el Gobernador incluyó al joven David Villarreal Fernández. “Travieso” o no, también se trató de un ser humano, y un asesinato es el peor delito en una sociedad. La muerte finalmente nos iguala a todos.
Y sobre el “Ya basta” del PRI contra el “Ya Basta” del PAN sobre la inseguridad manoseada por la política, cabe hacer una pregunta a unos y otros: ¿ya escucharon el “ya basta” de los ciudadanos?